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viernes, 7 de octubre de 2011

TOMA MI MANO


Lectura: Deuteronomio 31:1-8.

"… no temas ni te intimides" Deuteronomio 31:8

Un día, mientras iba detrás de una joven familia hasta un faro, las altas olas del lago  golpeaban contra el muelle. Alcancé a escuchar lo que la niña le dijo al padre: «Papá, por favor, camina a mi lado y tómame de la mano mientras vamos por esta parte que me da miedo».

A veces, a nosotros la vida también puede atemorizarnos: la pérdida de seres queridos, las dificultades financieras, los problemas de salud. Al acarrear estas pesadas cargas y preocupaciones, anhelamos que una mano fuerte tome la nuestra, y nos sostenga firmes y seguros.

Cuando Josué asumió el liderazgo de Israel, Moisés le recordó que Dios lo ayudaría en los momentos difíciles. Si surgían complicaciones, Josué debía acordarse de confiar en Dios y en Sus promesas. Moisés dijo: «Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides» (Deuteronomio 31:8).

Isaías 41:13 nos anima con estas palabras dichas por Dios: «Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo». Cuando la vida se vuelve escabrosa, el Señor está con nosotros y podemos tomarnos de Su mano poderosa.

Una canción de Lowell Alexander nos recuerda que en medio de las altas montañas, los grandes desiertos y los valles profundos, debemos recordar que Jesús estará siempre a nuestro lado. Él nos tomará de la mano en esos lugares que nos dan miedo.

Reflexión: Los miedos se desvanecen a la luz de la presencia de Dios.

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