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jueves, 27 de octubre de 2011

Una fe que vence la duda

Texto: Salmos 73

INTRODUCCIÓN:

Es una realidad que en esta vida existen injusticias muy grandes: la persona que nunca va al templo, ni da un diezmo para la obra del Señor recibe un gran ascenso y un gran aumento de sueldo en su trabajo;

Ud. va al templo dos veces el domingo y entre semana, sostiene la obra del Señor con sacrificio y pasan por encima de Ud. para subir de puesto;

o tal vez su compañero de trabajo
-       se ríe de Dios,
-       se burla de la Biblia,
-       dice chistes groseros de Jesús y
-       está tan fuerte de salud como un roble.

Ud., en cambio hace todo lo posible para vivir por el Señor y está enfermo.

Estas injustas realidades cotidianas de esta vida pueden convertirse en un auténtico semillero de
-       desánimo,
-       decepción,
-       falta de fe y desánimo

Que ponen en duda la bondad de Dios, o inclusive su propia existencia.

Si Ud. se ha sentido así, déjeme decirle que no está solo.

 El hombre que escribió este salmo hace muchos años, acababa de atravesar por una situación muy pero muy similar.

El primer vs. de este salmo aparentemente comienza de una manera que no concuerda con los siguientes versículos:

a primera vista se trata de un salmo en el que se alaba a Dios enumerando una lista de bendiciones. Pero no es así.

Lo que el salmista está haciendo es comenzar por la conclusión de toda su reflexión.

 Él reconoce la bondad de Dios al final de una gran lucha interna que consistió en un desliz en su vida de fe.

 El salmista se había hecho una gran pregunta: ¿Merece la pena aferrarse sólo al Señor, cuando otros no viven para Él?

Veamos 4 principios que nos ayuden a entender nuestro caminar en fe aquí en la tierra.

I. NUESTRA FE EL SEÑOR SE DEBILITA CUANDO CONTEMPLAMOS LAS INJUSTICIAS DE ESTA VIDA (1-16)

A. Se admite un resbalón espiritual que pudo haber sido ser fatal en su vida. (vs. 2)

B. La causa de este desliz está claramente identificada: la envidia de la prosperidad de los que persisten en una vida llena de maldad:
1.    Abundancia, despreocupación, ventajas, facilidades. (3-5)
2.    Orgullo, soberbia, prepotencia (6-7) 3. Agresivos, groseros, irreverentes, blasfemos (8-9)
C. Se empieza a dudar de la justicia de Dios por permitirles a los impíos continuar en sus vidas rebeldes a Dios.(11)

D. Cuando ponemos nuestros ojos en estas cosas estamos en grave peligro de abandonar nuestro compromiso de vivir para el Señor y renegar de la fe. (13-14)

E. Su primera conclusión: (16). La fe  corre un serio riesgo de decaer cuando no está depositada en un fundamento firme, como las circunstancias de la vida.

II. LA FE QUE VENCE NUESTRAS DECEPCIONES Y FRUSTRACIONES SURGE CUANDO CONTEMPLAMOS A DIOS (17-20)

A. Pero el autor da un giro de 180 grados al indicarnos qué fue lo que lo hizo cambiar de opinión: estar en el santuario del Señor. El autor nos dice que él buscó al Señor y eso le ayudó a cambiar su entendimiento de lo que estaba viendo.

B. Sólo al estar delante de la presencia del Señor, sólo al buscar el rostro de Dios ante nuestras quejas, podemos recibir una respuesta a nuestras inquietudes.

C. El salmista pudo ver la injusta realidad hasta sus consecuencias últimas:

- vio que el fin de los injustos que se olvidan de Dios es mucho peor que el presente de los justos. Su alma encontró tranquilidad y paz sólo hasta que miró y entendió los acontecimientos de esta vida desde la perspectiva de la eternidad. A pesar de que sabemos que debemos andar en este mundo por fe, insistimos en mirar las cosas con la vista, es decir, contando sólo lo que alcanzar a mirar nuestros ojos terrenales. Pero cuando dejamos nuestro microscopio y usamos el telescopio de la eternidad de Dios, podemos darnos cuenta que sí vale la pena pasar apuros en esta vida, pues nos espera una vida mucho mejor con el Señor.

III. ES NECESARIO CONFESAR TODA FALTA DE FE AL SEÑOR (21-24)

A. Había amargura, envidia, celos (21)

B. Pero no se disculpa o los justifica: se declara un tonto, un torpe, como las bestias, sin entendimiento, para entender la sabiduría de Dios. Se estaba declarando un necio. (22)

C. Reconoce que a pesar de sus carencias con respecto a la abundancia de los incrédulos, reconoce que el Señor nunca lo abandonó, que siempre lo tuvo a su lado, guiándolo con su mano derecha (23)

D. Nunca el Señor está más cerca de sus hijos que cuando nuestra fe empieza a fallar. Es como cuando enseñamos a nuestros hijos a montar una bicicleta: estamos más pendientes cuando empiezan a titubear y a punto de caer.

IV. EL CREYENTE CON UNA FE RESTAURADA REAFIRMA SU COMPROMISO CON EL SEÑOR DE SEGUIR SU PASO POR ESTE MUNDO (25-26)

A. El creyente con una fe restaurada encuentra en el Señor de los cielos el máximo deleite en toda la tierra. (25)

B. El creyente con una fe restaurada decide confiar con todo su corazón a pesar de sus debilidades y futuras angustias (26, 28)

C. El creyente con una fe restaurada entiende sus circunstancias imperfectas a la luz del conocimiento de la justicia del Señor.

CONCLUSIÓN

Con razón dijo el salmista al inicio de su reflexión que Dios es bueno para con los limpios de corazón. Sólo los limpios de corazón pueden entender la bondad y la justicia de Dios en mundo desobediente y rebelde a los caminos del Señor.
¿Se encuentra Ud. en una lucha similar a la que describió Asaf en los primeros versículos? La Palabra dice que entonces Ud. no está mirando y confiando en un Dios justo y bueno para con sus hijos.

Pídale a Dios que le ayude a mirar este mundo imperfecto e injusto a través de Sus ojos. Pídale que le enseñe a caminar por fe, y no por lo que le permita ver nuestra muy limitada visión humana.

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